Desde hace apenas unos días, los amantes de la música de todo el mundo se deleitan con las notas del nuevo álbum de Beyoncé, llamado « Cowboy Carter ». Los récords que este disco bate en varias plataformas de streaming son ya un tema de conversación que claramente continuará en el tiempo. Mucho más que eso, la propia diva lo percibe como el mejor disco que jamás haya hecho. Sin embargo, en este mismo soplo de euforia, Beyoncé expresa una advertencia contra el uso creciente de la inteligencia artificial (IA) en la producción musical.
De hecho, la IA no encuentra agrado a los ojos de la estrella que favorece el trabajo manual de instrumentos reales. Para Beyoncé la creación musical no es una cuestión de reglas sino de alegría rebelde. Por lo tanto, a medida que el mundo evoluciona, la superestrella siente una profunda necesidad de anclar su música en una pureza alejada de lo digital y de las limitaciones de la IA.
El punto de vista de Beyoncé sobre la cuestión de la IA en la música no es una opinión lanzada al aire durante una conferencia de prensa. Sabiendo que rara vez concede entrevistas, cada observación que hace sobre su nueva obra es sólo el reflejo de una posición cuidadosamente meditada.
La evolución de la IA plantea preguntas. Los generadores de música impulsados por IA tienen el poder de crear nuevas melodías en solo unos minutos. Estas tecnologías podrían, a largo plazo, sustituir a los artistas en los que se formatean. Con asombrosa precisión logran imitar las voces de estos últimos.
Estos software de inteligencia artificial se basan en enormes bases de datos de texto, imágenes y sonidos para producir obras. Algunos líderes de la industria, como Open AI y Stability AI, explotan archivos protegidos por derechos de autor a gran escala sin autorización previa. Ante tal realidad, el vicepresidente de audio de Stability AI, Ed Newton-Rex, prefirió dimitir por incumplimiento de los derechos de autor.
Esta situación despierta la indignación de artistas como Beyoncé; su trabajo se utiliza sin su consentimiento. Los músicos jóvenes y no influyentes están particularmente expuestos a esta práctica. Irrumpir en la ya de por sí despiadada industria musical sería entonces más complicado para ellos.
De manera más implícita, « Cowboy Carter » aborda la cuestión del robo y la apropiación artística sin consentimiento. Beyoncé habla de cómo la música de artistas negros, que alguna vez dieron forma a los cimientos de la música country, ha sido secuestrada sin ningún crédito ni compensación adecuada.
Tomando prestado de este universo, “Cowboy Carter” hace un guiño a la apropiación de la música negra por parte de los blancos. En varias ocasiones, el álbum presenta al ícono del country Willie Nelson en un programa de radio llamado « Smoke Hour ». Las intervenciones de Willie Nelson, como la que precede a « Texas Hold ‘Em », reflejan claramente todas estas cuestiones.
Para Beyoncé, el mundo ideal es aquel en el que los músicos negros tienen derecho a expresarse libremente a través de cualquier género musical. Un mundo donde la máquina de discos y la radio vuelven a estar de moda y nadie roba el arte. Luego continúa oponiéndose a un mundo en el que el arte de los artistas es robado y transformado sin su consentimiento.