Marketing verde: ¿qué hacer para ser una empresa eco-responsable?
Según Oxfam Francia, la huella de carbono de las empresas del CAC 40 ronda los 4.100 kg de CO2 por cada 1.000 euros de facturación obtenida. El marketing verde constituye una solución a este dilema que afecta a todo el tejido económico. Descubra a continuación nuevas formas de asumir la responsabilidad social de la empresa, especialmente su deber hacia la ecología.
El marketing verde va más allá de la comunicación
Muchas empresas reducen el marketing verde a una campaña publicitaria sobre sus acciones medioambientales. Al animar a los consumidores a reciclar el cartón de los envases o contribuir a la reforestación, una empresa busca sobre todo mejorar su imagen de marca. Tendremos que hacer más si realmente quiere unirse en torno a causas ecológicas.
El marketing verde consiste en considerar las cuestiones ambientales en la forma en que opera una empresa. Invita mejor entender el ciclo de vida de un producto. Por ejemplo, deberíamos ofrecer productos más sostenibles elaborados con materias primas naturales. La producción debe realizarse cerca de los consumidores. La distribución debe tener el menor impacto de carbono posible.
El espíritu empresarial limpio genera costes adicionales, pero en Francia, uno de cada dos consumidores estaría dispuesto a pagar más en nombre de la protección del medio ambiente. Más allá de los anuncios publicitarios sobre las acciones verdes de la empresa, es mejor dedicar un presupuesto de Investigación y Desarrollo para reducir la huella de carbono del modelo de negocio.
Disociar diferentes tipos de marketing verde
Muchas empresas optan por el marketing ecológico pasivo. Simplemente obtienen un permiso ambiental y cumplen con la legislación vigente. Entonces, algunas empresas son parcialmente verdes. Imitan la actitud eco-responsable de otras marcas. Estas entidades copian a sus competidores para posicionarse mejor en el mercado.
En algunos grupos, el marketing verde sólo se practica internamente. Prestan mucha atención al respeto de las normas medioambientales durante la producción. Los residuos internos se gestionan adecuadamente y el agua utilizada se depura. Sin embargo, el proceso no es limpio sin un programa de reciclaje.
A veces, las empresas comienzan a adoptar un enfoque responsable controlando su impacto de carbono. Sin embargo, los métodos más innovadores y limpios siguen estando en fase experimental en nombre de la productividad. Sin embargo, casi tres de cada cuatro franceses estarían dispuestos a cambiar sus hábitos de consumo por el bien del Planeta.
Evite el lavado verde
Según la definición de la Agencia de Transición Ecológica (ADEME), el greenwashing equivale a pretender ser una empresa eco-responsable. Este enfoque conduce a publicidad engañosa. Sería mejor dejar que otros evalúen los esfuerzos realizados en favor de la ecología. Los profesionales lo han hecho su trabajo. Este sitio ofertas para saber más.
En 2020, la Autoridad Reguladora de la Publicidad Profesional está haciendo sonar la alarma. Según la ARPP, el 11% de los anuncios que mencionan la causa medioambiental están sesgados. Además, el 64% de los consumidores cree que las empresas carecen de transparencia sobre las condiciones reales de fabricación de los productos habituales.
ADEME aconseja aportar más claridad al vocabulario utilizado en publicidad. Se deberá completar la información del embalaje, especialmente la relativa a la trazabilidad del producto. Sería mejor promover los beneficios ecológicos de una oferta con evidencia que la respalde.
Conclusión: el marketing verde equivale a:
- Reducir la huella de carbono utilizando materias primas locales.
- Utilice envases biodegradables y aproveche las energías renovables.
- Trabajar para mantener las certificaciones ambientales y las ecoetiquetas.
- Mantener la transparencia en los compromisos con el medio ambiente.
- Dedicar más presupuestos a la biodiversidad.
- Contribuir a los esfuerzos de sensibilización entre las generaciones más jóvenes.