En una decisión que pone de relieve la complejidad de las cuestiones relacionadas con los derechos de propiedad intelectual en el ámbito de la inteligencia artificial, laOficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (PTO) negó a OpenAI la oportunidad de registrar el término GPT (generador de texto previamente entrenado) como marca. Esta decisión revela las tensiones existentes entre el deseo de proteger las innovaciones tecnológicas y la necesidad de mantener un lenguaje común para describir productos o tecnologías específicas.
El PTO justificó su negativa afirmando que GPT es un término general en la industria de la inteligencia artificial, que se refiere a una amplia gama de software en lugar de exclusivamente a los productos de OpenAI. La decisión, del 6 de febrero, destaca un principio fundamental de la regulación de marcas: la importancia de preservar los términos descriptivos para el uso común, incluso si el público en general no está necesariamente familiarizado con su significado preciso.
OpenAI había argumentado que GPT no era tan descriptivo que los consumidores identificaran inmediatamente su significado. Sin embargo, el PTO dictaminó que el nivel de conocimiento del público en general sobre lo que GPT era irrelevante, suponiendo que los profesionales del sector entiendan que se trata de una categoría de software.
El auge de la inteligencia artificial generativa ha multiplicado los usos del término GPT en los nombres de productos y servicios. Desde startups hasta grandes empresas, mucha gente utiliza este término para describir sus modelos de IA, como lo demuestra la existencia de servicios como GPTZero. Esta generalización resalta cuán central se ha vuelto el término en la industria.
OpenAI, notablemente conocido por sus avances con ChatGPT y sus modelos de IA GPT-3 y GPT-4, jugó un papel clave en la asociación del término. GPT a sus productos. Al permitir el acceso de desarrolladores externos a ChatGPT, la compañía ha reforzado esta asociación, aunque recientemente ha comenzado a diversificar los nombres de sus servicios, con innovaciones como Sora, un modelo de generación de contenidos texto-vídeo.
Esta no es la primera vez que OpenAI solicita grabar GPT encuentra rechazo; Ya se había registrado un primer fracaso en mayo de 2023. La firma aún puede apelar ante la Comisión de Primera Instancia y Apelación de Marcas para intentar revocar esta decisión.
Este caso ilustra los desafíos que enfrentan las empresas que buscan proteger sus innovaciones mientras navegan por las turbias aguas de los derechos de propiedad intelectual. También plantea la cuestión del equilibrio que debe lograrse entre el derecho de las empresas a proteger sus marcas y la necesidad de garantizar una competencia justa permitiendo a todos utilizar términos descriptivos esenciales.